Dr. Oreste Lo Iacono

Gastroenterología y Hepatología

Hospital San Francisco de Asís Madrid  – C. de Joaquín Costa, 28

Hepatopatía por Virus C


El número de personas con infección crónica en todo el mundo se estima en 160 millones, pero la mayoría de ellas, al no presentar claros síntomas hasta fase muy avanzada de la enfermedad, no son conscientes de la presencia de la infección.

La infección por el virus de la hepatitis C (VHC) es una de las principales causas de hepatopatía crónica en todo el mundo. Las repercusiones que tiene a largo plazo la infección por VHC son muy variables, y van desde alteraciones mínimas hasta la fibrosis extensa y la cirrosis con o sin carcinoma hepatocelular (CHC).

El número de personas con infección crónica en todo el mundo se estima en 160 millones, pero la mayoría de ellas, al no presentar claros síntomas hasta fase muy avanzada de la enfermedad, no son conscientes de la presencia de la infección.

El diagnóstico de hepatitis crónica C se basa en la detección en sangre tanto de anticuerpos para el VHC como de RNA de VHC, según la fase clínica de la enfermedad.

El objetivo del tratamiento es erradicar la infección por VHC con objeto de prevenir las complicaciones de la enfermedad hepática y extra hepática asociada al VHC, incluida la necro inflamación hepática, fibrosis, cirrosis, carcinoma hepatocelular y muerte.

El año 2014 ha sido un año trascendental para el tratamiento de los pacientes infectados por el virus de la hepatitis C. Hemos pasado de disponer de un arsenal terapéutico escaso, basado en Interferón, con una eficacia que apenas sobrepasaba el 50% a disponer de una variedad de agentes antivirales directos capaces de eliminar de forma sostenida la replicación viral entre el 85 y el 100% de los casos, según el grado de enfermedad del paciente. Estos regímenes terapéuticos causan escasos efectos adversos, permiten tratamientos de duración mucho más breve y apenas requieren monitorización.

  Con los nuevos tratamientos está indicado también el tratamiento de los pacientes ya cirróticos, y en alguno caso de los pacientes con descompensación (ascitis). En los pacientes cirróticos, el tratamiento, eliminando la presencia del virus, reduce el riesgo de complicaciones (hipertensión portal, descompensación y hepatocarcinoma) a pesar de no revertir completamente el daño hepático.

¿Quién tiene mayor riesgo de padecer la infección por VHC?

  • Usuario de drogas inyectada y esnifada
  • Paciente tratado con productos sanguíneos antes de 1990
  • Pacientes expuesto a infección durante hospitalización o intervención quirúrgica
  • Personas con tatuajes o piercings y expuestos a procedimientos que utilizen instrumental punzante sin los controles higiénicos-sanitarios adecuados (acupuntura y mesoterapia)
  • Profesionales sanitarios
  • Pacientes en hemodiálisis
  • Homosexuales
  • Pacientes infectados por VHB o VIH
  • Personas recluidas en instituciones penitenciarias

¿Quiénes  son los candidatos al tratamiento?

  • Todos los pacientes con hepatitis crónica por Virus Hepatitis C (VHC), con y sin cirrosis, que no hayan recibido nunca tratamiento (Naïve) y los que hayan sido tratados sin conseguir la eliminación del virus.

 

¿En quién el tratamiento es prioritario?

  • En los pacientes con fibrosis avanzada o cirrosis
  • En los pacientes con coinfección por el virus B o VIH
  • En los pacientes con indicación de trasplante hepático
  • En los pacientes con recidiva de la infección después de trasplante de hígado
  • En los pacientes con enfermedades extra hepáticas relacionadas con el VHC
  • En los sujetos a riesgo de transmitir la infección (drogadictos, homosexuales, mujeres que desean un embarazo, dializados, presos)
  • En los pacientes con fibrosis moderada (F2) está indicado pero actualmente no está financiado por el SSN

¿Cuál es la mejor combinación y duración del tratamiento antiviral?

Los numerosos estudios realizados en todo el mundo han permitidos definir, en base a los factores que influyen en la respuesta (genotipo, presencia de cirrosis e historia de tratamientos),  la pauta y la combinación de fármacos con mayor probabilidad de éxito en cada caso.

Por esto en cada paciente individual deberá ser definido un correcto diagnóstico y deberá  ser valorada la mejor opción terapéutica.