Entre el 10 y el 20 % de la población general presenta síntomas relacionados con el sistema digestivo, como diarrea, dolor abdominal, estreñimiento, hinchazón del abdomen, sensación de plenitud, flatulencia, y muchos otros que afectan seriamente la vida diaria del paciente, pero todas las pruebas realizadas (analíticas, ecografía, endoscopias, TAC) son totalmente normales.
En este caso, si todas las pruebas realizadas son negativas, calificamos el síntoma o la patología como relacionada con la “ansiedad” y definimos la enfermedad como «funcionales» o «no específicos», lo que significa esencialmente: «no sé qué le pasa, pero si no hay nada roto, no tengo nada que reparar». Una situación que genera una gran insatisfacción, tanto para el médico como, sobre todo, para el paciente, así como para su entorno personal y familiar.
Existe otra forma de ver y analizar las enfermedades introduciendo el concepto de “unidad psicosomática” que, en lugar de considerar el cuerpo y la psique como categorías separadas, introduce las dimensiones del cuerpo real en el cual la parte somática y la parte psíquica constituyen una unidad que es el paciente. Así se deja de considerar que el paciente tiene la enfermedad “en su cabeza” y se puede diagnosticar la “real” enfermedad del paciente y no solo la “patología” o los “síntomas” que motivan la consulta.
En gastroenterología, esta situación es especialmente visible.
El aparato digestivo, por su sensibilidad y su relación con la vida afectiva, se convierte en un lugar privilegiado para estos sintomas.
El paciente que padece una patología digestiva diagnosticada como funcional sigue un recorrido médico complejo, con repetidas pruebas y tratamientos que rara vez aportan un alivio duradero.
Una alternativa es la que ha sido propuesta por la Asociación Americana de Gastroenterología y que el pasado mes de mayo ha sido publicada en la revista Gastroenterology: el enfoque psicoterapéutico es útil y necesario en el marco de una consulta de gastroenterología, y se propone una colaboración entre gastroenterólogos y psicólogos o psiquiatras, o una formación específica de gastroenterólogo-psicoterapeuta. El artículo demuestra que este enfoque mejora la satisfacción del paciente, aumenta la tasa de curación y reduce los costes sanitarios directos e indirectos.
El Dr Oreste Lo Iacono es especialista en gastroenterología y sucesivamente se ha formado en psicosomática relacional en Paris en el Centro Internacional de Psicosomática Relacional (CIPSR). Actualmente es docente en dicho Centro.
¿Qué relación existe entre la ansiedad y los problemas gastrointestinales?
Para explicar los síntomas digestivos relacionados genéricamente con la “ansiedad” se habla cada día más de la estrecha relación bidireccional entre el cerebro y el intestino. Esta relación entre el cerebro y el intestino es intuitiva y muy frecuente: casi todo el mundo ha sufrido alguna vez el reflejo defecatorio durante un evento estresante, como un examen o un imprevisto. Esta estrecha relación ya había sido descrita, hace más de 2500 años por Hipócrates: «Las malas digestiones son la causa de muchas enfermedades» (Aforismos II,10) «Cuando el aire se desplaza hacia el cerebro, provoca enfermedades graves» (De flatibus) y también por Galeno: «Si el estómago está alterado, el cerebro sufre» (De Locis Affectis) «Los vapores del estómago suben a la cabeza, nublando el juicio» (De Symptomatum Causis).
Sin embargo, todos los estudios tanto antiguos como recientes sobre el eje cerebro-intestino suponen una clara separación entre lo somático y lo psíquico, aunque se reconoce que tienen una relación bidireccional, se siguen considerando como dos entidades distintas.
Existe otra forma de ver y analizar las enfermedades introduciendo el concepto de “unidad psicosomática” que, en lugar de utilizar categorías separadas, introduce las dimensiones del cuerpo real en el cual la parte somática y la parte psíquica constituyen una unidad que es el paciente.
Síntomas gastrointestinales más comunes causados por ansiedad
La ansiedad no solo afecta la mente, afecta la persona en general y si no se consigue “metabolizar” “ digerir “ se queda como una comida pesada que afecta el sistema digestivo alterando del funcionamiento del estómago y/o del intestino. Entre los síntomas más frecuentes se encuentran: Dolor o malestar abdominal Náuseas
Diarrea o necesidad urgente de evacuar Estreñimiento Gases e hinchazón abdominal Reflujo, acidez o ardor Sensación de “vacío” o movimientos intestinales aumentados
El sistema digestivo está directamente conectado al cerebro a través del “eje intestino-cerebro”. El cuerpo y la psique de una persona son una unidad, son la persona misma. Los síntomas digestivos son la expresión de un malestar de la persona Para hacer un ejemplo figurado podríamos decir que el síntoma exprime el malestar que el paciente no sabe expresar con palabras.
Dolor abdominal y malestar
La ansiedad no solo se vive en la mente; también se manifiesta en el cuerpo, y uno de los primeros lugares donde se nota es en el abdomen. La psique y el cuerpo son una unidad y por esto cualquier emociones o experiencia positiva o negativa puede influir directamente en el funcionamiento intestinal alterando el movimiento normal del intestino y aumentando la sensibilidad de la zona abdominal. Como resultado, pueden aparecer:
Espasmos musculares en el estómago o los intestinos.
Tensión abdominal, una sensación de “nudo” o presión interna.
Hipersensibilidad digestiva, donde incluso pequeños estímulos generan malestar.
En conjunto, estos procesos explican por qué la ansiedad puede provocar dolor abdominal, malestar y síntomas gastrointestinales difíciles de ignorar, incluso cuando no existe un problema digestivo de base.
Náuseas y vómitos
La ansiedad no solo se vive en la mente; también se manifiesta en el cuerpo, y uno de los primeros lugares donde se nota es en el abdomen. La psique y el cuerpo son una unidad y por esto cualquier emociones o experiencia positiva o negativa puede influir directamente en el funcionamiento intestinal alterando el movimiento normal del intestino y aumentando la sensibilidad de la zona abdominal. Como resultado, pueden aparecer:
- Lentitud en el vaciado gástrico, haciendo que la comida permanezca más tiempo en el estómago y generando náuseas.
- Hipermotilidad intestinal en algunas personas, que puede desencadenar una sensación intensa de malestar.
- Mayor sensibilidad estomacal, donde cualquier pequeño estímulo se percibe como incómodo.
Incluso en pacientes que normalmente no padecen malestar digestivo, un cambio, una delusión un problema que no se consigue solucionar o en general lo que llamamos ansiedad puede generar síntomas tan molestos como las náuseas y los vómitos. Entender este mecanismo ayuda a validar lo que muchas personas sienten y a buscar abordajes que traten no solo el síntoma, sino la causa emocional que lo origina.
Diarrea o estreñimiento
La ansiedad no solo se vive en la mente; también se manifiesta en el cuerpo, y uno de los primeros lugares donde se nota es en el abdomen. La psique y el cuerpo son una unidad y por esto cualquier emociones o experiencia positiva o negativa puede influir directamente en el funcionamiento intestinal alterando el movimiento normal del intestino y aumentando la sensibilidad de la zona abdominal. Como resultado, pueden aparecer:
- Aceleración del tránsito intestinal — diarrea
- Lentitud intestinal — estreñimiento
El intestino para funcionar bien necesita armonía y ritmo, si el paciente pierde la armonía y el ritmo en relación consigo mismo y con su enterno la perderá también su intestino.
¿Por qué una misma causa produce efectos tan distintos?
En esto influyen factores como la genética, el estilo de vida, la alimentación y la presencia de antecedentes gastrointestinales pueden inclinar la balanza hacia uno u otro extremo. Entender y conocer al paciente ayuda a reducir la preocupación y a buscar estrategias que aborden tanto los síntomas como el estrés que los desencadena.
Gases, hinchazón y digestiones pesadas
La ansiedad no solo se vive en la mente; también se manifiesta en el cuerpo, y uno de los primeros lugares donde se nota es en el abdomen. La psique y el cuerpo son una unidad y por esto cualquier emociones o experiencia positiva o negativa puede influir directamente en el funcionamiento intestinal alterando el movimiento normal del intestino y aumentando la sensibilidad de la zona abdominal. Como resultado, pueden aparecer gases e hinchazones que se manifiestan con distensión abdominal y sensación de plenitud precoz. Los gases se pueden producir tanto por trastornos en los movimientos del intestino como por cambios en la microbiota seleccionando bacterias que producen más gases. Comprender el vínculo entre la armonía personal y el bienestar intestinal ayuda a normalizar los síntomas y a buscar estrategias que aborden tanto la parte emocional como la digestiva.
Ardor, acidez y reflujo
La ansiedad no solo se vive en la mente; también se manifiesta en el cuerpo, y uno de los primeros lugares donde se nota es en el abdomen. La psique y el cuerpo son una unidad y por esto cualquier emociones o experiencia positiva o negativa puede influir directamente en el funcionamiento intestinal alterando el movimiento normal del intestino y aumentando la sensibilidad de la zona abdominal. Como resultado, pueden aparecer
- Aumento de la producción de ácido gástrico
- Tensión muscular y cambios en el diafragma
- Digestión más lenta
- Hábitos que empeoran el reflujo
Relacionar la aparición de estos síntomas con los hábitos de vida y con las situaciones emocionales del paciente ayuda a comprender los síntomas y a tomar medidas que reduzcan tanto el malestar digestivo como la carga emocional que lo desencadena.
¿Por qué la ansiedad afecta al sistema digestivo?
La ansiedad no es solo una emoción; es una respuesta física completa que involucra a todo el organismo. En cada individuo cuerpo y psique son una unidad, por esto todo lo que afecta al somático afecta al psíquico y todo lo que afecta al psíquico afecta también al somático. Entre los sistemas más sensibles al expresar el malestar o desarmonía de la persona se encuentra el sistema digestivo, motivo por el cual muchas personas experimentan malestar gastrointestinal durante periodos de estrés o de malestar emocional.
La causa principal es la estrecha conexión entre el cerebro y el aparato digestivo, conocida como eje intestino-cerebro. Esta red de comunicación bidireccional hace que cualquier cambio emocional tenga un impacto directo en el funcionamiento del intestino.
La que llamamos ansiedad y que seria mejor definir disarmonía o malestar emocional afecta al sistema digestivo porque activa mecanismos fisiológicos que modifican la digestión, la motilidad intestinal y la sensibilidad del abdomen. Comprender esta conexión es clave para reconocer que los síntomas digestivos no solo dependen de lo que comemos, sino también de cómo nos sentimos.
Tratamientos para los problemas gastrointestinales causados por ansiedad
Cuando los síntomas digestivos tienen su origen en la ansiedad o mejor dicho en trastornos personales o emocionales, el abordaje más eficaz es combinar estrategias que actúen tanto sobre el sistema digestivo como sobre el sistema nervioso. No se trata solo de aliviar el malestar físico, sino también de reducir el estrés que lo provoca.
Se pueden elegir varios abordajes terapéuticos pero el importante es tener claro que un síntomas que no se asocia a ninguna alteración analíticas o diagnostica como ecografía o endoscopia, necesita la misma atención y la misma consideración que un síntoma claramente asociado a una patología especifica.
La técnica más conocidas son:
- Técnicas de manejo del estrés y relajación
- Terapia psicológica
- Alimentación equilibrada y hábitos digestivos saludables
- Actividad física
- Medicación (cuando es necesario)
- Probióticos y cuidado de la microbiota
- Cambios en el estilo de vida
Yo prefiero una terapia basada en la mejorar la relación del paciente consigo mismo y con su entorno de vida con una terapia global que se focaliza en conocer y ayudar el paciente tanto en su componente somático como en su componente psíquico considerando el somático y lo psíquico siempre como una unidad
El ser gastroenterólogo con una formación especifica en psicoterapia me ayuda mucho en aplicar esta metodología terapéutica que combine regulación emocional, hábitos saludables y, si es necesario, apoyo farmacológico.
Abordar conjuntamente tanto el componente somático que el componente psíquico de los síntomas digestivos sin causas aparentes es la manera más eficaz de recuperar el bienestar.
Consejos prácticos para controlar los síntomas digestivos por ansiedad
Aquí os dejo una lista de consejos que pueden ayudar cualquier paciente con problemas digestivos:
- Respira profundo para calmar el abdomen
- Come despacio y sin distracciones
- Mantén horarios regulares de comida
- Evita el picoteo ansioso
- Practica actividad física suave
- Dedica momentos al descanso mental
- Evita tumbarte justo después de comer
- Hidrátate bien
Sobre todo no tener dudas en buscar apoyo profesional cuando lo sienta como necesario, combinar estrategias psicológicas y digestivas suele ser la opción más eficaz.
Preguntas frecuentes
¿La ansiedad puede causar dolor abdominal crónico?
La ansiedad puede causar dolor abdominal crónico, especialmente cuando el estrés se mantiene durante semanas o meses o peor el estrés es parte del hábito de vida del paciente. La activación continua del eje intestino-cerebro aumenta la sensibilidad del sistema digestivo y altera su funcionamiento, generando malestar persistente.
¿Los síntomas digestivos pueden aparecer sin sentir ansiedad?
Los síntomas digestivos pueden aparecer incluso cuando no se percibe ansiedad de forma consciente. Una mayoría de pacientes no identifica sus síntomas o trastornos emocionales como patológico y reconoce como su único problema las molestias digestivas añadiendo que en general se siente “tranquilo”.
¿Puedo tener diarrea solo por nervios?
La diarrea es probablemente unos de los síntomas más intuitivos y reconocido desde siempre como relacionado con la ansiedad o el estrés. Casi todo el mundo ha sufrido una mayor tendencia a diarrea por ejemplo en proximidad de un examen o de una prueba que se considera importante
¿Pueden los problemas digestivos aumentar la ansiedad?
La parte somática y la parte psíquica constituyen una unidad en cada individuo y por esto todo lo que afecta la parte somática se repercute sobre la parte psíquica y al inverso